GUIAR UN SUEÑO HACIA NUESTROS INTERESES

(TÉCNICA DE REESCRITURA A.M.I)

El sueño en la mitología griega

Hipnos, hijo de Nix y padre de Morfeo, Fobétor y Fantaso, era considerado en la Antigua Grecia la personificación del sueño. Junto a sus hijos-Morfeo, Fobétor y Fantaso-, elaboraban los sueños, utilizándolos como un medio para enviar mensajes a los mortales.

            Se decía que habitaba en una cueva repleta de amapolas y otras plantas somníferas donde la luz del sol jamás penetraba. Estaba situada cerca del río Lete, más conocido como el río del olvido. De él bebían las almas antes de ser reencarnadas para olvidar sus vidas pasadas antes de volver a este mundo.

Siempre que haya imaginación habrá sueños. El sueño parte de la imaginación, es el medio que tiene el inconsciente de informarnos sobre nosotros mismos.

Sigmund Freud y el poder del inconsciente en los sueños

Es sabido que el doctor Sigmund Freud, dedicó toda su investigación al estudio del inconsciente, un campo en la medicina poco considerado por aquel entonces y que poco a poco ha ido recibiendo más consideración por parte de los especialistas.

            Sigmund Freud estaba convencido de que los sueños era el medio que tenía el inconsciente para dar información a la parte consciente del ser humano. En ellos-desde un lenguaje metafórico e interpretativo-, se manifiestan nuestras emociones reprimidas, proporcionando ciertas claves para comprendernos y conocer el origen de nuestros rasgos, miedos, comportamientos,… Y diversas alteraciones.

Muchas de sus tesis están basadas por males de pacientes que no mostraban alteraciones orgánicas como síntomas. En su momento, numerosos especialistas, clasificaban estos males como actuaciones del propio paciente tras analizarlos con métodos tradicionales que no diagnosticaban nada determinado. Pero Sigmund Freud creía en la existencia de estos males, unos que no eran originados en lo biológico del ser humano sino más allá de la mente.

            Se hizo cargo de aquellos casos no considerados por otros doctores, poniendo en práctica métodos hipnóticos no desarrollados que trabajaban directamente con el inconsciente del paciente; anotando los síntomas, procesos y resultados obtenidos.

            Gracias a esta investigación pudo desarrollar la sugestión hipnótica.

Con la sugestión hipnótica ponía un remedio a la alteración mental del paciente. En otras palabras, convencían a sus pacientes de que no estaban enfermos. Gran parte de ellos mejoraron pero no a largo plazo.

Solo entonces, después de ver recaídas en aquellos que ya se habían sometido al método, comprendió que no era cuestión de hacer creer al paciente sobre su cura, sino de descubrir de dónde provenía ese mal; conocer su origen era dar con la comprensión.

A raíz de este descubrimiento, desarrolló numerosas técnicas para trabajar con el inconsciente, aparte de la sugestión hipnótica, el análisis de sueños o las regresiones-por poner algunos ejemplos-.

La reescritura A.M.I.

Aquí, en el instituto A.M.I., aparte de trabajar con técnicas psicoanalíticas como terapia regresiva, análisis de sueños u otros métodos psicoterapéuticos; hemos desarrollado nuestras propias técnicas adecuando y seleccionando cada una de ellas al paciente que acuda a nosotros.

            No solo las ponemos en práctica, sino que además formamos, a través de nuestros módulos, a aquellos que estén interesados en aprenderlas. Todo en el Curso de formación A.M.I.

La técnica de reescritura ha sido desarrollada exclusivamente por el instituto A.M.I. En ella, trabajamos directamente con sueños escritos de nuestros pacientes que permite hacer entender al paciente el motivo de su consulta.

Para trabajar con la técnica de reescritura A.M.I., es fundamental que el paciente escriba el sueño en una hoja de papel. Una vez escrita y titulada, pediremos que el paciente haga una lectura en voz alta y pausada del sueño escrito, para después pedirle que vuelva a escribir el sueño tal y como lo ha escrito la primera vez con la excepción de cambiar, añadir y suprimir, aquellas partes que no le agradan por otras más positivas. Seguidamente, una vez escrito por segunda vez, pediremos al paciente que lea esta vez el segundo escrito de la misma manera que ha leído el primero. Para pedirle, al finalizar, que vuelva a reescribir el sueño de la misma manera, pero cambiando las partes que no le agradan del segundo escrito por otras más positivas. Ya escrito, pediremos, por última vez, que lea en voz alta la tercera reescritura para cerrar con el ejercicio.

Al escribir nuestros sueños, adoptamos una actitud creativa y de dominio sobre el sueño. Hacer que el paciente cambie el sueño a su voluntad ayuda a que sea partícipe para localizar y cambiar aquellas partes donde él hubiese actuado de manera distinta a la que lo hizo mientras soñaba. Una forma de lidiar con el sentimiento de rabia y frustración generado por la incapacidad del momento.

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