CÓMO UNA IDEA TERMINA SIENDO UNA ACCIÓN

(EJERCICIO DE AUTOSUGESTIÓN HIPNÓTICA)

Nuestro cuerpo se encuentra en varios momentos del día bajo los efectos de la hipnosis

Popularmente se considera a la hipnosis un estado ficticio producido por hipnólogos o cualquier otro tipo de ilusionista. Cuando, realmente, nuestro cuerpo, en varios momentos del día, se encuentra bajo ese estado.

La hipnosis es un estado natural del cuerpo, es tan necesario como dormir. Un cuerpo que se encuentra bajo sugestión queda completamente relajado. Tanto las funciones corporales como mentales se adormecen; permitiéndonos descansar del estado de alerta al que sucumbimos cuando permanecemos totalmente conscientes.

El estado hipnótico es temporal y su origen puede ser provocado o autoprovocado.

El sueño y el estado hipnótico

Muchas de las reacciones al estar bajo sugestión hipnótica corresponden a las mismas que cuando dormimos.

            En ambos estados, manifestamos lo que conocemos como el estado R.E.M., ese trance en el que los ojos continúan moviéndose mientras nuestras funciones están dormidas. También, es habitual que en ambos estados, el sujeto, experimente una distorsión del tiempo, ya sea en mayor o en menor medida, pulsaciones ralentizadas, creatividad estimulada, … Entre otras características similares-para saber más sobre el estado hipnótico, visitar: Que es la hipnosis.

Pese a sus similitudes, hay una característica fundamental que las distinguen entre sí, que es la consciencia. Cuando alguien se encuentra bajo estado hipnótico es consciente de lo que hace, dice e imagina. En cambio, cuando soñamos, nuestra mente es dirigida por el inconsciente, dejando a un lado nuestra parte consciente.

La materialización como sugestión hipnótica

Ya es conocido el efecto placebo, una práctica en la que el sujeto otorga una propiedad a un producto inocuo que no posee y que, igualmente, acaba presentando los signos otorgados.

Es conocida la hipnosis como tratamiento en ciertas enfermedades; dando resultados favorables en aquellos que padecían tras no haber dado respuestas a tratamientos más tradicionales o convencionales.

 

El efecto placebo, en cierta manera, está enlazado con la materialización; que es el proceso de cambio que transcurre una idea que acaba en un hecho.

            De ahí la frase “Pide un deseo concienzudamente y te aseguro que se cumplirá”. Tenemos el poder de dar formas a imágenes; solo falta hacernos creer que es posible.

Con la técnica de autosugestión A.M.I, en la que estimulamos nuestros sentidos escogiendo elementos que rapten nuestra atención, conseguiremos el ápice de atracción de nuestras intenciones frente algún propósito.

            Para ello, seleccionaremos un elemento para cada sentido: vista,olfato, tacto, gusto y oído. Después de tener estos cinco elementos, escribiremos un deseo que queramos darle forma. Una vez seleccionado el deseo, sustituiremos uno de los elementos por otro relacionado con el deseo que hemos pedido. En el caso del deseo fuese: me gustaría ser menos aprensivo. Podríamos sustituir el elemento visual por otro relacionado con el tema que queremos tratarnos, contrarrestandolo con los otros elementos que estimulan nuestros sentidos.

            La duración del ejercicio dependerá del deseo y de lo que informe el terapeuta, ya que su duración depende de cada sujeto.

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